Y aquí sigo yo, dándole vueltas a lo mismo. Cierto es, que salí muy tocada del concierto del sábado, y en ello sigo... Aunque espero que este estado no se vaya nunca del todo.... es bonito intentar ver un rayito de luz en la obscuridad que te rodea. Pensar que no todo es tan malo, y buscarle siempre el lado positivo a las cosas.
Hace un par de años por circunstancias de la vida me sentía como Caperucita perdida en el bosque de camino a casa de su abuelita... Por no haber a mi alrededor no estaba ni el lobo... y quería huir, queriía "volar, lejos de ahí escapar". Hoy doy gracias a la vida, porque ese bosque ya no me da miedo. a él han empezado a llegar diferentes seres que poco a poco me acompañan y me enseñan. Sigo quizás con la necesidad de volar, pero no de huir... volar para ver y seguir aprendiendo.
Navegando por la web, di con estos versos que Ismael recitó en el concierto. resulta que los escribió su padre, Don Rodolfo Serrano.
¡aquí está su blog!
Os los pego porque valen mucho la pena:

Mensaje encontrado en una botella

Hace ya siete meses, tres días y dos horas

naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.

La primera semana lloré como un muchacho

asustado y el miedo vino a vivir conmigo.

Luego maldije a Dios los quince días siguientes.

Y me pasé tres días sin agua ni comida.

Los siguientes dos meses he añorado tu cuerpo

y soñado con el tibio roce de las sábanas.

Cada noche encendía hogueras en los montes

pendiente de que un barco pasara por delante

de esta isla maldita . Y en la playa he dejado

mensajes de socorro pidiendo que vinieras.

Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.

Y durante tres meses aprendí que la vida

es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,

el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.

Ya no siento temores. Recuerdo vagamente

que más allá del mar hay fusiles y espadas

y hombres que maldicen haber nacido un día.

Y que aquel mundo era una isla de monstruos.

Ayer me desperté cantando sin que nadie

me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”

Y cada tarde escribo en la arena unos versos

que borran las mareas y que de nuevo escribo.

Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.

He apagado raudo la luz de las hogueras

y he borrado todos los mensajes de auxilio.

Afortunadamente el buque ha pasado de largo.

(Rodolfo Serrano)