jueves, 27 de diciembre de 2007

Ya pasó el 26 de diciembre. Sí, cada año es lo mismo... aunque cada vez un poco menos doloroso. Pasan los años y sigo viendo ese día con algo de tristeza, acompañado con algo de nostalgia, sazonado con algo de tranquilidad.... Lo que tuvo que ser fue.... y lo que tenga que ser será. Sigo sin poder evitar emocionarme al pensar que ya hace 10 años y un día que se fue. ¿A dónde? No lo sé... yo sigo sintiéndola a mi lado día a día... cuidándome y guiándome. Sigo contándole mis inquietudes y sigo contándole todo aquello que en su momento no pude o no supe hacer.
Mamá, te quiero.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Joooo que reflexiva estoy hoy.... La verdad es que todas estas frases o premisas... o como se llamen me dan que pensar....
Nos empeñamos en guardar, en ahorrar, en apegarnos a las cosas... si total al final lo único seguro que tenemos somos nosotros mismos....
Con nosotros nacemos, crecemos, maduramos y morimos.... y en ocasiones es más difícil vivir con eso que con 50 personas más.... El camino es duro... pero llegar a conocernos y aceptarnos es quizás la mejor cosa que pueda pasarnos en este ciclo al que llamamos vida.
Vida que en ocasiones dejamos pasar sin disfrutarla sin pensar en el hoy.... siempre mirando hacia mañana....

PRINCIPIO DEL VACÍO (Joseph Newton)

¿Tú tienes el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabes cuando) podrás precisar de ellos? ¿Tú tienes el hábito de
juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensas que en el futuro podrá hacerte falta? ¿Tú tienes el hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios
domésticos y otras cosas del hogar que ya no usas hace bastante tiempo? ¿Y dentro de tí? ¿Tú tienes el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas,
miedos, etc.?No hagas eso. Eso es anti-prosperidad. Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a tu vida. Es preciso eliminar
lo que es inútil en ti y en tu vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que tú necesitas. Mientras
tú estás material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Los bienes precisan circular.
Limpia los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Da lo que tú ya no uses. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra tu
vida. No son los objetos guardados los que estancan tu vida, sino el significado de la actitud de guardar (No es el HECHO, sino la INTENCIÓN).
Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y tú no tendrás medios de proveer tus necesidades.
Con esa actitud, tú estás enviando dos mensajes a tu cerebro y a tu vida:
1º Tú no confías en el mañana 2º Tú crees que lo nuevo y lo mejor NO son para tí, ya que te conformas con
guardar cosas viejas e inútiles. (O sea, reforzamos la conciencia de ser miserables.)
Deshazte de lo que perdió el color y el brillo y deja entrar lo nuevo en tu casa y dentro de ti mismo.
No hay medida en el tiempo: no sirve un año, y diez años no son nada; ser artista quiere decir no calcular ni contar; madurar como el árbol, que no apremia
a su savia, y se yergue confiado en las tormentas de primavera, sin miedo a que detrás pudiera no venir el verano. (Rainer María Rilke)

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Navidad...navidad...

No sé si definirla como "fría", "blanca", "alegre"... no es de los años que peor me sienta.... Supongo que en verdad, "el tiempo consigue curarlo todo", o al menos... en gran parte.
En fin, sea lo que fuere, aquí estamos otra vez.... envueltos en el espíritu navideño.... con sus compras, sus prisas... su hipocresia... la lotería.... y como no, (hay que barrer pa casa) los rascas navideños, tan fantásticos ellos.
Bueno... serán días de pasarlos en familia... viendo como caga el tió y poniéndonos hasta las orejas de turrones, mantecados y demás dulces típicos....

viernes, 14 de diciembre de 2007

Laguardia

El día 8 se presentaba largo. Antes de las doce de la mañana debíamos dejar el hotel, y hasta las 04 de la madrugada del día 9 no salía el tren de regreso a Barcelona. Esa mañana nos dimos un pelín más de margen, así que pusimos la hora de salida hacia la estación de autobuses a las 09 de la mañana para que nos diera tiempo a desayunar. Antes de salir, como no, lo dejamos todo recogido y las mochilas en la recepción. Pagamos y emprendimos nuestro periplo.
Laguardia es un pueblecito medieval perteneciente a Álava que dista unos 15km de Logroño. El trayecto en bus dura una media hora. Cuando llegamos allí nos encontramos con un verdadero pueblo medieval. Peatonal, de tan sólo dos calles principales: la Páganas y la mayor; con una iglesia y con un reloj que en las horas en punto amenizaba a los cientos de personas que por allí paseábamos con un pasaccalles tocado por campanas y con el baile saleroso de unos muñequitos. Rodeado por una muralla con 5 puertas de acceso originales (y otras tantas de posterior apertura). El motivo de que sea peatonal no es otro que el hecho de que, podríamos decir, que existe una Laguardia subter´ránea. Está llena de cuevas, antes pasadizos por los que las gentes en épocas de guerra conseguía uir. Las paredes de estas cuevas de cal y arcilla no soportarían el peso de los vehículos, imagino que quizás por ese motivo se decidió que fuese peatonal. Nos contó un señor encantador, Carlos San Pedro, propietario de una bodega que visitamos, la más grande del pueblo, que durante muchos años la parte subterránea no estaba delimitada. Fue a raíz de empezar con la vendimia y la producción de vino que para evitar robos e historias entre vecinos se decidió que lo mejor era que cada vecino tuviese la misma proporción de cueva que casa en la superficie; de ahí que se cerrara toda la red de pasadizos. Nos contó este señor que en las cuevas había un alto porcentaje de humedad y que la temperatura ambiente oscilaba siempre entre los 14 o 15 grados, por lo que se trataba de un lugar idóneo para que el vino fermentase y "durmiera". De hecho, la bodega estaba a rebosar de botellas y barricas, como es lógico. Y como no, tras la explicación de rigor, vino la cata del crianza del 2004. Aprendimos que el vino debe verterse siempre poco a poco, que antes de beber se deben imprecnar las copas con un chorrito del vino a tomar para que tome el sabor, que antes de tomar un trago largo debemos tomar uno pequeño y enjuagarnos la boca con el y luego puede escupirse o no, y por último, debemos ir tomando pequeños sorvitos, eso sí, a ser posible solo ya que la comida tapa el aroma y sabor del caldo. Y es cierto, no tiene nada que ver el primer sorvo con el cuarto.
Cuando salimos de la bodega ya era hora de comer, así que fuimos a la busca y captura de un restaurante. En principio valoramos la posibilidad de ir de pinchos, pero estaba todo a rebosar, así que por practicidad decidimos tomar uno y luego ir a buscar un menú. Fue casi misión imposible, y la verdad que se hizo esperar. Finalmente, gracias al enchufe de Serafín (el amigo de J.A.) conseguimos comer... no tan bien como los días anteriores, pero como dice el refrán, "al hambre no hay pan duro". Luego, fuimos a comprar unas botellitas de vino y a esperar el autobús.
De vuelta ya en Logroño, estuvimos dando vueltas acabando de visitar las 4 cosas que nos faltaban por ver, y refugiándonos en algunos baretos tomando algo calentito para resistir el frío. Por último, ya sobre las 21h fuimos a cenar al restaurante del primer día y luego al cine... (vimos "diario de una niñera) y entre una cosa y otra ya era la una de la madrugada!!!! Fuimos a recoger las mochilas y un taxi nos llevó hasta la estación, donde el bar estaba abierto y nos quedamos casi hasta la hora en que salió el tren.
Por fortuna a la vuelta no tuvimos ninguna sorpresa con el duplicado de billetes, así que nos instalamos en el compartimento y más o menos dormir hasta la hora de llegada. Tampoco hubo retrasos, así que nada... a las 11 de la mañana del domingo llegamos a Sants y nos fuimos a desayunar.
Yo personalmente me lo he pasado en grande.... momentos de nervios y estreses ha habido, cierto... pero creo que los menos. Para mí la parte más negativa fue la bajada del tren en Sants donde Selva casi se vuelve a caer a la vía, pero incluso eso, quedó en un susto.
Desde aquí quería darles las gracias a mis cinco compis de viaje por esos días tan entrañables, y quería decirles:

"la plaza la oca se tiene que ver, se tiene que ver, se tiene que ver"

jueves, 13 de diciembre de 2007

Quistes fuera

Como dije hace un tiempo, últimamente me encuentro quistes por doquier. Así que nada... Selva no podía ser menos. Hoy le han quitado dos quistes y una berruguita. Aparentemente son de grasa... de hecho he tocado uno... y parecía un trozo de tocino. En fin... que aquí está la pobre... con sus grapas, su antibiótico y sus calcetines para que no se rasque.... naranjas y azules con un perrito aviador (eso sip, son antideslizantes y en la planta del pie tienen huesitos....) monísimos!!!!

A ver si tengo oportunidad de hacerle una foto y la cuelgo.

Briones

Bueno, pues siguiendo con el relato del viaje, hoy toca narrar las aventuras en Briones.
Como comenté el otro día, el viernes nos levantamos a las seis de la mañana. a las seis y media salimos camino a la estación de autobuses de Logroño. Llegamos en un plís! A las siete, más o menos, ya habíamos llegado. Compramos los billetes y aprovechamos el tiempo sobrante hasta las siete y media para desayunar. El trayecto en bús duraba una hora aproximadamente, así que como contábamos con perdernos hasta encontrar el museo de la cultura del vino Vivanco y pensábamos encontrar algún bareto para "redesayunar" pues la espera hasta las diez y media que empezaba la visita no se haría muy larrgo. Pues bien, al subir al autobús le preguntamos al conductor si sabía dónde quedaba más o menos el museo. El señor super dispuesto nos comentó que no tenía ni idea, pero que se iba a informar. En breve volvió y nos dijo: "queda algo retirado, pero no os preocupeis que os dejo en la puerta". Primera flipada del viaje. Sí, el conductor del autobús de línea que hacía la ruta Logroño Aro iba a desviarse de la ruta para dejarnos en la pppuerta del museo. Evidentemente, todas nuestras espectativas de perdernos y de volver a desayunar se vieron truncadas, así que llegamos al museo a las ocho y media. Dos horas esperando en la puerta iba a serrrr muy duro.... porque ese día el viento soplaba bien... y bastante fresquito. Como quien no quiere la cosa... nos acercamos a la puerta y el segurata la verdad que se enrolló y nos dejó entrar. Estaban limpiando el recinto, así que nos colocaron en un rinconcito y ahí estuvimos esperando... jugando a los chinos, comiendo chuches.... por lo menos no pasamos frío.
Por fin las diez. Y empezó la visita. Ésta consistía en varias partes: audiovisual sobre el proyecto Vivanco, recorrido por varias salas donde había maquinaria antigua que se utilizaba en la elaboración del vino, diferentes tipos de botellas y recipientes en los que se servía, colección de sacacorchos, vista panorámica de la bodega y cata. Fue muy interesante. Pero más interesante fue ver como estaba adaptado para las personas ciegas y deficientes visuales (muy bien, por cierto). Sin olvidarnos de las explicaciones y atenciones que tuvo con nosotros Montse, la guía.
Pues nada... la visita llegó a su fin, eso sí, sin dejar de visitar la tienda y comprar un par de botellas de un buen reserva. Así que la siguiente pregunta al personal del museo fue: "¿el restaurante los Calaos queda muy lejos? ¿Nos podéis llamar un par de taxis? Pero avisadles de que llevamos un perro-guía". Bueno... fueron pasando los minutos y como era de esperar todos los taxis estaban ocupados y el que quedaba libre misteriosamente era alérgico a los perros (espontáneo o no... no lo sabemos). Volvimos a preguntar que si el restaurante quedaba muy lejos con la intención de irnos andando. Pero.... las sorpresas fueron increscendo. Como no había taxis disponibles y el restaurante no quedaba lejos pero teníamos que cruzar una carretera... consideraron que la mejor opción era acercarnos en coche. Así que nada... el SR Director del museo y otro señor nos acompañaron hasta el restaurante. Y no solo eso, si no que nos enseñaron donde estaba la parada para coger el bus de vuelta a logroño.
La comida impresionante.... yo me quedo con el chuletón de 700 gramos.... ¡eso es media vaca! eso sí, estaba de muerte el resto de platos similares a los del día anterior: patatas a la riojana, caparrones, alcachofas con jamón o con almejas, cochinillo asado, chuletitas de cordero, chuletón... y los postres: sorvetes, helado de mandarina con chocolate caliente, mouse de yougur con helado de plátano....todo ideal para mantener una buena dieta... El precio también fue una sorpresa.... así que nada a la hora de irnos una de las camareras casi nos acompaña a la parada del bus.
Mientras venía o no, la verdad que pasamos un poco de frío, y por unos momentos se nos ocurrió que a lo mejor lo habíamos perdido... pero en cuestión de media horita salimos de dudas.
Una vez en Logroño otra vez, fuimos a nuestra "casa", descansamos y luego fuimos a cenar en plan bocatas con unos amigos de J.A. Tampoco nos quedamos hasta muy tarde, porque al día siguiente tocaba otra excursión con la diferencia de que antes de irnos lo teníamos que dejar todo recogido porque dejábamos la habitación. En esta ocasión nos dirigíamos a Laguardia.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Continuamos con las aventuras logroñiles

Como entre pitos y flautas llegamos a la pensión a las tres y algo de la madrugada, la verdad que el jueves nos lo tomamos con calma. Tras desayunar en la habitación (nos había quedado embutido del viaje), le preguntamos a la recepcionista cuatro nociones básicas de qué ver y dónde encontrar una oficina de turismo para que nos dieran algo de información. Así que una vez tuvimos las ideas un poco claras, salimos a la calle....
Ni que decir tiene que Logroño es una ciudad preciosa. Nuestra pensión estaba en el centro de la ciudad, con calles peatonales y muy cerca de todo, (sobre todo de la calle Laurel, punto clave), así qque llegar a la oficina de turismo no nos resultó muy complicado. Al ser fiesta, había muchas cosas cerradas, aunque siempre se encuentra un bar donde tomar un café con leche calentito para recuperarte del frío. Después de recuperar fuerzas, nos fuimos a ver donde estaba la Estación de autobuses a la que teníamos que ir el día siguiente a las siete de la mañana para irnos a Briones a visitar el museo de la Cultura del vino. La encontramos sin problemas y a la vuelta hicimos una prueba piloto de lo que podía durar el trayecto para así hacernos una idea del tiempo que íbamos a necesitar para llegar al día siguiente. Tardamos unos 20 minutos en volver a la pensión, y después, nos fuimos a comerrr. El primer contacto con la gastronomía riojana fue en un restaurante muy cerca de la pensión. El "Casa Taza" de comida casera: patatas a la riojana, caparrones, alcachofas con jamón, sopa de pescado, sopa de cocido, etc, chuletas de cordero a la plancha de leña, pimientos rellenos, cordero asado, etc, leche frita, flan, etc... vino tinto agua.... ¡la verdad que nos pusimos hasta las orejas!
Por la tarde seguimos con la visita turística. Visitamos el Ebro y un gran parque que tiene a su orilla. Estuvimos en el Museo de la Ciencia jugando con unos instrumentos musicales que tenían en el exterior. ¡Fue super divertido! Selva se hartó de correr y nosotros conseguimos bajar un poco la comida.
a media tarde regresamos a "casa", descansamos un ratín y para cenar decidimos adentrarnos en la calle Laurel. Los pinchos im-presionantes.... el de champis, el de pollo al limón, los tigres (mejillones rellenos de marisco y rebozados), los pulpitos, todo eso acompañado por chatos de vino, refrescos o mosto....
La gente encantadora..... explicándonos las especialidades de cada bar, dejándonos pasar sin ponerse en medio ni arrollarnos por la calle.....
Así que nada... una vez llena la barriga nos fuimos a dormir, que al día siguiente había que madrugar....

domingo, 9 de diciembre de 2007

por fin el viaje

La verdad es que no sé por donde empezar, aunque imagino que la mejor opción es siempre hacerlo desde el principio. Así que allá voy:

La aventura empezó ya sin salir de Barcelona. Esta vez viajábamos Diego, Fidel, Meri, Josetico, JJ, Selva y servidora. cinco ciegos, un semi y un perro. Pues bien, como comenté en el post anterior el tren en el que viajábamos no tenía asistencia (otro día ya entraremos en detalles asistenciales de renfe....), total, que como nuestro vagón era preferente (en turista no quedaba nada) pues tuvimos acceso a la sala VIP, donde amablemente nos ofrecieron bebidas y algo para picar, a parte de asegurarnos que nos acompañarían al tren, eso sí, haciendo constar que nos hacían un gran favor porque no les correspondía hacerlo. Las siete..... las siete y media.... las ocho menos cuarto.... el personal de recepción no hacía más que entrar y salir... "¿nos vamos ya?" preguntábamos todos algo inquietos... ocho menos diez.... "Noooo, tranquilos que ahora venimos a buscaros." A las ocho menos dos minutejos vienen a por nosotros. ¡Empieza la aventura! Pasa las mochilas y demás enseres por el detector de metales. Baja corriendo volando por el ascensor, porque está claro que no podemos bajar escaleras y no solo eso, si no que el tren estaba a puntito de salirrr. Llega la primera tongada al vagón. Bronca del revisor. "¿Cómo llegais tan tarde?" Disculpe, señor, llevamos desde las 19 horas esperando en la sala VIP. Bronca entre los empleados de RENFE "pues si el tren se va y alguno se cae... no nos ahcemos responsables". Llegamos el resto. Subimos al tren. ¡Empieza la búsqueda del compartimento! A todo esto, el señor revisor estaba de los nervios.... En fin, después de saturar el pasillo, y de hablar con dos viajeros para que nos cambiaran el asiento y así poder viajar todos juntos (no podemos olvidar el santo sopapo que se llevó el pobre chico al recoger sus cosas para irse al otro compartimento), parecía que la cosa se calmaba un poco. Pero no. al llegar a Lleida, vino un grupo de cuatro personas a nuestro compartimento. Tras mirar y remirar los billetes, llegamos a la conclusión de que RENFE había vendido más billetes de los disponibles. Así que el overbooking no solo existe en las compañías aéreas, si no que nuestra gran red de ferrocarril también lo practica. Finalmente, nosotros nos quedamos en el compartimento y a los otros les buscaron una ubicación alternativa. Entre una cosa y otra (las croquetas de la madre de Diego, la tortilla de patatas de Fidel, las patatas, etc, etc...), las horas fueron pasando y ya estábamos cerca de nuestra meta, Logroño. Nuestro miedo era que con un revisor tan simpático, teníamos muuuchos números de que no nos avisara. Así que como medida cautelar, decidimos invadir el pasillo y aposentarnos cerca de la puerta. faltaba aún media hora, así que otra revisora más amable nos recomendó volver a nuestros asientos y aseguró que vendría a avisarnos unos diez minutos antes de llegar. Yo reconozco que en ese momento ya empecé a ponerme un tanto de los nervios.... y el tiempo pasaba muy lento y nadie venía a decirnos nada. De repente, Fidel dice "hay luces. Estamos llegando" Así que yo salí por patas del compartimento y volví a ocupar la posición anterior. Los otros fueron llegando, y apareció la revisora y nos dijo que venía a avisarnos. total, que llegamos, bajamos, llamamos a un taxi y nos fuimos a la pensión. Hasta el momento ningún problema con el perro y la verdad que todo estaba saliendo rodado.... salvando algunas anécdotas. Eso sí, el taxista que nos llevó a Meri, JA y a mí, os cobró dos euros más.... ¿sería por el perro?
Llegamos a la pensión y el recepcionista fue (es) encantador. Nos enseñó las habitaciones explicándonos todo aquello que le preguntamos. Es cierto que es su trabajo... pero ya sabemos que las cosas pueden ahcerse bien o mal....