martes, 24 de enero de 2012

Consecuencias

Como comenté hace unos días, Selva ya no vive en casa. Sé de buena tinta que es feliz, que corre, salta y juega como una descosida con su nuevo amigo Claus, pero la echo mucho de mennos.
Sigo sin arrepentirme de la decisión que tomé, y sinceramente creo que Selva es más feliz y puede hacer de perro, ya sabeis, comer hierba, revolcarse en la tierra, correr y saltar en un jardín... pero como lo cortés no quita lo valiente (no sé si es el refrán más apropiado para esta situación) yo sigo echándola de menos. Hoy es uno de esos días en los que me hubiese encantado poder abrazarla fuerte fuerte.... hasta que suspirara en plan "joder mami, que pesada eres...".
Tengo muchas ganas de verla, pero antes de hacerlo quiero estar segura de que su adaptación es total. Por lo que me cuentan cada vez está más integrada en la familia y sus costumbres... pero no sé... no quiero que mi impaciencia influya en su proceso. Así que, una vez más, toca esperar... almennos un par o tres de semanas más.

En fin, Pekerat, que en tu casa, porque esta siempre va a ser tu casa, y tú vas a ser siempre mi Pekerat, seguimos pensando en ti!!!

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